Las personas crecemos en comunidad. El grupo es necesario para sentirnos pertenecientes a una unidad y seguir desarrollándonos. Además, cada persona de un grupo nos sirve de reflejo de nuestras propias vivencias y nos vale como una oportunidad de aprendizaje. Ves a las demás con tus ojos, con tus vivencias y por tanto, proyectas sobre ellas todo lo que hay dentro de ti. Por eso, la terapia de grupo te sirve para seguir aprendiendo porque puedes ver fuera lo que hay dentro de ti.
Y a la vez, cada persona de un grupo te va aportando cosas nuevas de tal manera que puedes ir integrando aspectos internos con aspectos externos.
No hay un yo sin ti, ni un tú sin yo. La vida es una baile entre lo de afuera y lo de dentro.
